martes, septiembre 13, 2005

Moby, 12 de Septiembre, 21:00, Espacio Riesco.


Anoche fué la gran noche del tecno en Chile, porque nos visitó el rey: Moby.

La verdad es que el espectáculo fué tan alucinante que no sé por donde empezar, así que lo haré por el principio:

Llegamos con Adolfo a las 19:30 más o menos al Espacio Riesco, porque la última vez que fuimos al Riesco con Ramirez y su polola a ver a Bosé nos agarramos un taco de padre y señor nuestro en Av. El Salto. Estacioné el auto dentro del recinto porque no lo iba a dejar en la calle.

Lo bueno de tener entradas VIP es que uno no tiene que llegar necesariamente a las 19:30 para tener mejores ubicaciones (estas, aunque sean de pié, están reservadas), si no que uno llega, en este caso, a la carpa VIP donde hay muchos sillones y sillas, champagne de cortesía, buffet, bar, música, etc. muchas promotoras regalando puras leseras (lápices Nokia que no escriben, llaveros Movistar, etc.), mini-estrellas de la farandulilla como la DJ Elektra. Así que esperar desde las 19:30 hasta las 21:00 no fué tanto sacrificio, de hecho uno podía entrar y salir del lugar donde sería el concierto hacia la carpa VIP mostrando una pulsera amarilla.

Espacio Riesco, 21:00 hrs. Miranda:

A eso de las 20:50 entramos definitivamente al lugar del concierto porque a las 21:00 tocaba Miranda. Sin apretujones ni malos ratos, estabamos como a 5 metros del escenario (incluida la barrera esa de separación).

Miranda es un grupo argentino de pop bien pop, extra pop, y que vendría siendo el placer culpable de todo Chile. Cuando subieron al escenario una tremenda ovación los recibió y es que su música es demasiado pegajosa. Ellos tienen un look medio glam y el 'Lolo' es demasiado gay. A mi me gustaron porque no están ni ahí con ser colitas (y BIEN colitas) y lo pasan chancho arriba del escenario. Era increible como se cantaban las canciones, sobre todo las dos más conocidas, esa que dice: Cho te direee lo que tenemos que haceeer... y la otra: Quiero saber que me pasa, que me pasa, que me pasa no lo sé (no sé bien como es jajaja) y que en una parte dice: Es un solo... es la guitarra de Lolo. Ellos estuvieron como 1 hora. Super bien, saben hacer shows y dejaron al publico super arriba. Terminaron a las 22:00.

Espacio Riesco, 22:20 hrs. Moby:

Se apagó todo y sólo empezó a sonar el Intro de Hotel (Hotel trae 2 CD's uno de las canciones y otro Ambient, música ambiental) El humo, las luces verdes y azules hacían que uno empezara a entrar en extasis de a poco. Hasta que salieron los músicos: Un baterista, una tecladista, un bajista/guitarrista y la vocalista, una negra con una voz espectacular. Y entra Moby, todo de negro, con su pelada, sin lentes y con guitarra.

Hay shows que van de menos a más, sin embargo este fué un constante más, con muchos matices que llevaban de la electrónica instrumental (con guitarras, baterías y teclados) hasta un rock pesado y punkiento al estilo Sepultura ¿?, desde temas lentos que paraban los pelos hasta temas increiblemente movidos que nos hicieron transpirar.

No podría decir cuales fueron los highlights de la noche, ya que para mi todos los temas estuvieron increibles, tocó de Play, 18 y Hotel (justo los tres discos que tengo). Aunque si debo decir que los temas del disco nuevo fueron los que más disfruté. Entre las anécdotas, Moby hizo un tema de él con el riff de Led Zeppelin: Whole lotta love y casi al final, el guitarrista cantó: Break on through de The Doors. Notable.

Me gusta mucho Moby como músico, como arreglador y mezclador, y aún me gusta más Moby cuando tiene a una negra cantando a su lado, con una voz tan privilegiada y envidiada! Esa voz que sólo se da en los morenos.

El show terminó a las 00:10 mas menos, yo transpiraba como si fuera febrero y a Adolfo le dolía la cintura. Sin embargo la sensación de haber ido a uno de los mejores shows del año nos deja demasiado satisfechos.

Leyendo la prensa, se estima que fueron entre 10 y 12 mil personas, que quedó gente afuera (pero adentro) viendo el show en las pantallas gigantes y que el sector VIP estaban todos apretujados. Puede ser, quizá en algunos sectores, sin embargo donde estabamos nosotros estabamos muy bien y muy cerca del escenario.

Cuando salimos hacían 8 grados de temperatura y al ver que los autos estaban empezando a moverse nos tomamos nuestro tiempo porque esa espera sería eterna. El taco que se formó para salir del Espacio Riesco fué impresionante, así que con Adolfo nos subimos al auto, pusimos la radio, echamos los asientos para atrás y descansamos hasta que los autos comenzaron a moverse a la 1:10.

En resumen, lo de Moby valió la pena (y el precio de las entradas) superó mis espectativas y me hizo gustar más de su música, ya sea cantada o instrumental. Moby ES el rey.

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