martes, septiembre 06, 2005

Diarios de Motocicleta

Vi esta película recién esta semana, antes no había tenido la oportunidad y la verdad es que no me apasionaba mucho verla. A decir verdad no quería ver la película porque se trataba del Che Guevara y para mi el Che es (era) alguien tan intrascendente para mi como lo es Fidel Castro y no es que mis tendencias político - sociales no estén de acuerdo con este tipo de figuras, pero ellos en sí son tan pretéritos como lo son Lenin, Stalin, etc.

Vi la película porque quería ver como mostraban a mi país desde el punto de vista cinematográfico y a la vez parcial de Ernesto Guevara, quería ver a Chile a través de los ojos de otras personas y sobre todo de alguien tan importante para la historia social latinoamericana como el Che y eso es lo que ví.

Y así como él partió en un viaje que nunca se imaginó como terminaría, como lo cambiaría y como lo haría actuar de ahí en adelante, así también empecé yo a ver la película. Me di cuenta como él partió desde Argentina a recorrer Sud América con el propósito de pasarlo bien y parrandear y al término de ese viaje sus convicciones y sus ideales se habían transformado en su principal objetivo en la vida.

Ernesto Guevara persiguió sus ideales luego de haber terminado este viaje por la patagonia Argentina, el sur, centro y norte de Chile donde conoció las injusticias de las mineras y por Perú. Fué en estos lugares donde las injusticias sociales se veían más acrecentadas y él pudo abrazar con mayor fervor esta justicia necesaria para los pueblos latinoamericanos.

La película lo lleva a uno desde una simple aventura de dos universitarios, Ernesto Guevara y Alberto Granados hasta un cambio radical en la mentalidad de Ernesto. también este cambio fue en mi percepción respecto a ese Che con boina y bandera cubana detrás, ese Che de poleras rojas y banderas comunistas en marcha, ese Che estandarte de los poseros, ese Che que regalan como figurita en las cajitas felices de los Mc Donalds, cambió, porque me pude dar cuenta de cuales fueron las motivaciones reales que tuvo para luchar por latinoamérica. No fué que se levantó un día de su abrigadita cama en su acomodada casa y dijo: hoy quiero pelear por los pobres. NO! El Che se paseó por entre los pobres y sin que ellos lo pidieran decidió actuar, actuar desde la revolución armada, que para él era la única solución de luchar contra el imperialismo, no se quedó sentado frente a un escritorio con un teléfono haciendo lobby, no, el tomó las armas y peleó por Cuba y cuando se instaló en Bolivia para poder llevar a cabo la revolución en Bolivia, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, incluso Brasil, fué acorralado y muerto, pero murió peleando por lo que él creía justo, y no es que él lo creyera, ES lo justo, una sociedad que se preocupe de nuestros más desamparados, de los infortunados, de los más desposeidos, económica y espiritualmente.

Por eso, aunque tarde respecto a la película y tarde respecto a la figura del Che Guevara, es que hago este humilde homenaje a quien por su vida y obra, hizo cambiar mi forma de verlo.

Me saco la boina por ti, Ernesto.

He nacido en la Argentina; no es un secreto para nadie. Soy cubano y también soy argentino y, si no se ofenden las ilustrísimas señorías de Latinoamérica, me siento tan patriota de Latinoamérica, de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir nada, sin explotar a nadie.

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