jueves, febrero 09, 2012

Agua, agua y más agua.

Hoy cumplí una semana yendo a Bikram Yoga, y así como lo odié al principio... hoy se ha vuelto en una obsesión. El viernes fuimos donde Cristian y la Yayi, me acosté a las 3:30 medio over the ball y el sábado ahí estaba a las 10:30 haciendo Pranayama. El sábado en la noche salimos a tomar mojitos con Adolfo y la Sandra Arias y el domingo ahí estaba haciendo Savasana. Y qué tanto! soy géminis y como dijo la gran filósofa contemporánea Lucero: "veleta... tu única ley el palo que te sujeta".

Como dije en el capítulo anterior, en el bikram se hace yoga a 40° - 42° grados de temperatura con una humedad ambiental de 40%, así que no es papita pal lorito. El primer objetivo: mantenerse dentro del salón durante los 90 minutos de la clase.

He ido todos los días, a excepción de ayer que salí a las 19:00 porque con esto de la bonificación del 7% de salud y las entidades que nos mandan los archivo a última hora y tenemos que quedarnos trabajando hasta tarde, como si uno fuera empleado privado y no uno público que se debe al ocio y a la sacada de vuelta.

En esta semana he sudado lo que nunca sudé en mi vida, pero se siente tan bien sentir que se están botando todas las toxinas!! y es que en la segunda posición de las 26 (piernas juntas, pelvis afuera, guata apretada, pecho arriba, brazos trabados hacia arriba, biceps a las orejas y sin separar las palmas) uno mira sus brazos y corren mini rios de transpiración. También cuando se abren las piernas y se traban, el torzo cae paralelo al suelo y hay que tomarse los talones con los cinco dedos por atrás, la transpiración cae por la cara y entra por la nariz y por la entre pierna (vulgo paquete) caen chorritos de transpiración como si uno tuviera incotinencia. La cantidad de transpiración es tal que la toalla que uno usa sobre el mat termina pesando unos dos kilos... y el agua... oh bendita agua... estupida y sensual agua... se transforma en el cliché de los periodistas: El Vital Elemento. Es tanta la sed y el querer tener la boca mojada que no importa que el agua esté tibia por el calor de la sala y que de tanta agua que uno tome se enguate y las posiciones de suelo, como El Conejo (hincarse sentándose en los talones, afirmandose los talones, metiendo la pera al cuello mirándose el ombligo y enrollándose hasta tocar la toalla con la coronilla, levantando el poto) se le venga toda el agua al guerguero y den ganas de regurgitar. Todo da exactamente lo mismo, el agua es tan rica, tan sabrosa, tan líquida, tan vivificante que uno piensa que nunca dejará de tomar agua en la vida y que el único alimento que necesita es el agua. Yo, en una clase de 90 minutos, me tomo una botella (de esas de jugos watts) de 1,5 litros de agua, saliendo de la clase lleno de nuevo la botella y me tomo la mitad de agua fresquita y heladita, la siguiente mitad me la tomo caminando al departamento.

Mi gran idea de negocio ahora es hacer bikram yoga en un jacuzzi con agua caliente y poder tomar toda el agua hasta que se acabe. Flors!

viernes, febrero 03, 2012

Mi primera vez de Bikram

Todo fue culpa de la Beatriz (ja! empecé igual que Papelucho: Todo por culpa de la Domi).

fuimos a almorza un día con Adolfo, Beatriz y la Loreto al Ruby Tuesday de Moneda llegando a Bandera porque había un descuento del Banco Santander que pagando con sus tarjetas nos daban un 25% de descuento, y como hacía un rato que no almorzabamos juntos y Adolfo estaba de vacaciones, fuimos. Almorzamos una tabla muy rica de como una mezcla de comidas raras y después los platos principales que fueron pescados, carnes y ensaladas cesar y cosas así. Nos juntamos a eso de las 13:15 y siendo las 14:45 la Loreto se tuvo que ir, así que nos quedamos tomándonos un ricafé con Adolfo y Beatriz, entre las risas y el café, nos dice:

"Oigan! estoy haciendo Yoga, pero un Yoga llamado Bikram y la gracia es que es a 40° de temperatura"

Y qué le han dicho al Adolfo! al día siguiente ya se había inscrito y ahí estaba él contorneandose y transpirando como caballo de bandolero... y llegó con toda la cuerda de que era increible y que era super entretenido y que ya po y que esto y que lo otro. Así que yo, como soy tan suceptible a estas cosas de la mistica y la metafísica y las culturas orientales (como sushi al menos una vez a la semana, ok?) me convenció Adolfo (por extensión de la Beatriz) y partí a hacer Yoga... YO, el que el máximo ejercicio cardio-muscular-tendonal-emocional que hago es jugar batería en la Rock Band de mi Playstation 3 que me compré en Estados Unidos en agosto del 2008 cuando fuimos con toda mi familia a celebrar los 60 años de matrimonio de mis papás a la casa de Raulín y que llegó la familia Soto-Castillo de Los Angeles e incluso el Tío Manuel con la Tía Liliana de Australia.

El lugar se llama Bikram Yoga Centro y queda en Huérfanos entre San Antonio y Mac-Iver, justo en la galería donde trabajé por primera vez en la vida, como junior de la agencia de viaje Golden Travel.

Llegamos con Adolfo a las 19:20 más o menos y la clase empezaba a las 19:30. Pasamos a los camarines y nos sacamos la ropa de calle y quedamos en traje de baño porque aconsejan esa vestimenta para hacerlo, una toalla grande para poner sobre el mat que arrienda ($600). Tomamos nuestras botellas de agua y nos fuimos a meter al salón donde ya había habido una sesión a las17:30. Entro y OMG, hacía calor, mucho calor, era tan sofocante el calor como el calor que se siente en Birmingham, Alabama, después que llueve y uno sale a fumarse un cigarro a la calle. OMG el calor y OMG el olor!!! como el lugar es alfombrado y recién se había desocupado, olía a perro mojado, con calor, en Birmingham, Alabama. Y como donde fueres haz lo que vieres, tomé el mat y lo puse como lo tenía la gente que ya había entrado, puse mi toalla sobre el mat, dejé mi botella al lado y me acosté mirando el techo. Empecé a sudar un poquito pero no tanto y me aclimaté bastante bien, tan bien que ya no sentía calor y pensaba hacia mis adentros que si se generaba una brisa podría tener frio.

Finalmente entró la instructora alemana que ahora la odio y ojalá muera congelada en la antartica para que sepa lo que es el frio. Prendió la luz y nos acomodó, al parecer subió un poco más la temperatura y nos dió instrucciones a los que ibamos por primera vez: El primer objetivo quedarse dentro de la sala toda la clase (pfff... papita pal lorito), si uno se sentía mal había que sentarse en la alfombra (mmm... ok) y si ya era demasiado el malestar con mareos, nauseas o ganas de morir para siempre dentro de un refrigerador, acostarse mirando hacia el techo, pero no salir.

Lo primero fue pararse, juntar los talones, los pies y las piernas, tomarse las manos a la altura del pecho con los dedos índices parados debajo del metón y todo muy apretado y muy colijuntado, inspirar a medida que se abren los codos y los puños empujan el mentón hacia arriba y uno queda mirando hacia el techo (ojalá para atrás) y depsués exhalar haciendo un ruido cuático que no pude hacerlo nunca, juntando los brazos de vuelta y bajando la cabeza... iba bien, bakán, con un poquito más de calor pero era obvio por que estaríamos como a 38 grados. Después vino la tortura: Levantar los brazos muy muy derechos hacia arriba apuntando al techo, los biceps tocando la cara, sin doblar los codos, las piernas muy juntas, nuevamente muy derechos y colijuntos y así mismo, como si uno fuera del Circo Chino, tenía que doblarse hacia la derecha mucho rato!!!! (1 minuto) y volver, obvio! se estira la piel y todo lo que va debajo en el lado izquierdo de mi hermoso cuerpo. Después lo mismo pero hacia la izquierda!!! =( y finalmente para atrás! arqueando la espalda, apretando los glúteos, los brazos estirados, apuntando para atrás, sin mover los pies! :S y toda eso fueron como tres series. Después había que estirar los brazos y hacer como unas sentadillas que me hacían tiritar las piernitas, empezaba a respirar muy mal y con ganas de mirar para atrás al Adolfo y decirle: ES TODO TU CULPA!!!!... y todo transpirado, resbalozo y transpirando como puta en misa, tomé la sabia decisión de sentarme, después de hacer 3 posiciones.

Me senté, respiré, miré, pobre gente que con ese calor que ya iría como en 40° haciendo posiciones que son imposibles! Hello!!! el cuerpo humano no está hecho para torcerse y enrollarse como calzón roto!!!! Hicieron otra posición y me paré para hacer la siguiente, duré lo que dura un hielo en una sala de Bikram Yoga! Me senté de nuevo, odiaba a los caribeños, odiaba a los iquiqueños, odiaba a los ariqueños y a toda la gente que opta (OPTA po wn!!!) por vivir en lugares calurosos. Hicieron otra posición que yo miraba desde el suelo (y que más encima tuve la indiscreción de mirarle la depilación brasileña a una niña) y me paré para que no creyeran que había ido a puro ver potos. Hice otra posición: "ponga todo el peso en su pie izquierdo, trabe la rodilla, suba las manos firmes hacia el cielo, lleve el peso hacia adelante y la pierna derecha hacia atrás, tiene que quedar como una T" y la mía era más bien una letra griega (lambda es la que más se aproxima). Después vino una, otra, tres más y yo muy acostadito mirando el techo pensando en agarrar la toalla, el mat, la toalla y con toda la rabia del mundo pasar golpeando a todos los jetones que estaban parados en una pata, con la otra pierna hacia el techo una mano en el suelo y mirando al techo. Pero no, no podía ser el primero en la historia del Bikram en salir de la sala y renunciar para siempre a la flexibilidad, a la eliminación de toxinas, a la tonificación y a cagarse de calor por 90 minutos! me quedé ahí, llorando secamente porque la transpiración no había dejado agua en mis ojos, cuando la instructora dice: "ahora pueden descansar dos minutos, en posición [ponga-el-nombre-de-la-posición-aquí] porque se lo merecen" y yo: "WTF!!! no me merezco este descanso =(" pero igual me quedé ahí disfrutando del calor e imaginando esas copas gigantescas que venden en el Bravissimo que estaba ahí a la vuelta. Nunca, NUNCA me imaginé que recién ibamos en la mitad de la sesión! y menos me imaginé que la torturadora del infierno se iba a ir al control de temperatura y la iba a subir aún más! La desgraciada puso la temperatura a 42° celcius bajo sombra!!! y mientras todos descansabamos ahí mirando el techo desde donde colgaban unas estufas mucho muy modernas, la instructura enviada por Hefestos comenzó con los ejercicios de suelo. El primero fue sentarse en dos tiempos exhalando flexionando las piernas para quedar sentado... lo hice... y me vino un mareo de esos como cuando uno está en un salón a 42° de temperatura, deshidratado, y lo hacen sentarse rápidamente. Mi siguiente posición fue... acostarme mirando al techo. Aproveché de pensar en qué me iba a poner mañana, que era viernes, que en mi pega está un poco la escoba, que no iba a tomar nunca más café en la mañana porque estaba muy caliente, que de hecho no iba a comer más comidas calientes, que iba a dormir desnudo en una tina llena de hielo por el resto de mis días, que me compraría un aire acondicionado para el departamento, que la gente de Hiroshima debió haber sufrido lo que yo estaba sufriendo en esos momentos y fue cuando me di cuenta que el calor estaba tan fuerte que de verdad me estaba quemando!!! me miré los brazos y los tenía rojos! los muslos los tenía café! mi guata estaba colorada, me enderecé y me miré en el espejo y tenía la cara llena de ampoas!!! miré a mi alrededor y la gente en la posición del loto flotante, humeaba, pero era feliz! y los pelos se chamuscaban y la instructora tenía un lanzallamas y gritaba "dóblense malditos frígidos!!! dóblense!!!"... desperté de mi micro sueño y efectivamente estaba sientiendo mucho calor y eso que yo estaba acostadito mirando el techo!!! miré a mi alrededor y la gente parecía que se hacía pichi porque por entre las piernas les corría agua! y se les resbalaban las manos tratando de afirmarse los talones. En esos momentos me sentía como el pavo de navidad que hice hace un par de años, necesitaba que alguien me diera vuelta y me rociara con el juguito, pero nada, seguían y seguían tocándose las nucas con las rodillas, los codos con los glúteos y lamiéndose los dedos gordos de los pies. Cuando dije que esto no podía seguir y que estaba perdiendo plata (fue mi máxima motivación) me senté y traté de hacer la posición de torción de columna, para un lado me salió aceptable, para el otro quedé en la mitad y con las piernas enredadas, pero bien. Después la instructora nos hizo sentarnos en los talones, inspirar mucho y botar el aire como apagando velas de cumpleaños, tres veces. Después de eso la instructora dijo que eso era todo, nos felicitaba y que había sido una muy buena clase... yo miré a todo el mundo con una sonrisa en la cara inflando mi pecho =), me paré y le dije: NAMASTÉ.

Me quedé como 5 minutos en mi posición favorita: acostadito mirando el techo, y luego me paré, tomé mi toalla, el mat, la botella y miro a Adolfo que estaba más atrás y nos fuimos a los camarines. Casi pisé a tres personas porque estaba medio mareado, era como la sensación de cuando uno se va de un pub, en la cual también es típico pasar a llevar a unas tres personas hacia la salida. Me duché con agua helada y lo peor es que salía un chorrito ínfimo la cual no aplacaba el calor. De hecho pensé que el agua me caía a la cabeza y se evaporaba y lo que seguía cayendo por mi cuerpo era transpiración. Me sentí como la hermana de Tita en "Como agua para chocolate", cuando estaba tan caliente que se dió una ducha e incendió el baño.

Cuando nos ibamos yendo con Adolfo pasamos por el front desk y las niñas nos dicen: Como les fué?... internamente las miré con todo el odio que uno puede tener dentro de si mismo, pero gracias a mis clases de actuación, les sonreí y les dije: "Excelente! nos vemos mañana!"

Aquí les dejo las posiciones para que las hagan dentro de su horno: